Autor: Antonio Jesús Carazo Lanagrán
232 páginas
I.S.B.N. 978-84-92928-38-5
Año publicación: 2014
Editorial Agrícola Española
En la Exposición Universal de París de 1900, Rudolf Diesel presentó su motor Diesel que funcionaba con aceite de cacahuete. El posterior desarrollo de la industria petroquímica llevó a adaptar estos motores al gasóleo, tal y como los conocemos hoy en día.
Sin embargo en distintas épocas como la Segunda Guerra Mundial o las crisis del petróleo de la década de los 70 del pasado siglo, volvió a retomarse el interés por este uso de aceites vegetales como carburantes en los motores Diesel. Y de hecho en Alemania, está ampliamente probado el uso de aceite de colza para este fin, existiendo fabricantes de tractores como Deutz-Fahr que ofrecen modelos adaptados para su uso con aceite vegetal sin menoscabo de las garantías contractuales de la compra de estas unidades.
Este libro pretende analizar con rigor la viabilidad técnica, económica y fiscal de utilizar el aceite de orujo de oliva para este fin, pero no para producir biodiesel sino para su uso tal cual para alimentar el motor. Esta propuesta del biodiesel fue lanzada hace unos años por distintos agentes del Sector del Aceite de Oliva, como manera de frenar la vertiginosa caída de precios en los que en distintos momentos se veía abocado el mismo. El razonamiento es sencillo: un descenso del volumen de aceite ofertado, lleva por las leyes de oferta y demanda a un aumento del precio de venta.
Durante el estudio salen a relucir conceptos como la sostenibilidad del olivar, la lucha contra el cambio climático o la mejora de las economías en las zonas rurales.